Don Isaac Humala nunca perdonó a su hijo Ollanta la decisión
de derechizar el timón del nacionalismo. La célebre “hoja de ruta” apadrinada
por Mario Vargas Llosa fue calificada como la gran traición que convirtió al
gobierno de Humala en una versión descafeinada de la izquierda. Era increíble
ver, por ejemplo, como un alfil del novelista, Pedro Cateriano, fue un premier
con notable influencia. Humala pasó por una metamorfosis, una gran
transformación, que fue el deleite de los poderes fácticos.
Es bueno precisar que Humala en su momento tuvo un discurso
mucho más radical que el exhibido por el presidente Castillo. Si bien el
profesor cajamarquino no firmó ninguna hoja de ruta, el peso de los
acontecimientos recientes viene mostrando una inexorable derechización. La
caída de Héctor Bejar y el nombramiento de Oscar Maúrtua como ministro de
relaciones exteriores es el inicio del proceso de humalización del régimen del
sombrero.
Visto fríamente era un escenario probable, pues el partido
Perú Libre había perdido la presidencia del Congreso frente a una alianza de
centro derecha encabezada por Acción Popular. A su vez, el radicalismo de
Cerrón con pobrísimas artes para el consenso y el acuerdo mantenía tercamente su
intransigencia y la defensa de su ideario maximalista. Cerrón sobredimensiona
la fuerza de su partido y hasta ahora no logra entender que debe tender puentes
hacia la centro izquierda. Al final, el médico huancaíno puede terminar
perdiendo soga y cabra. Y siendo responsable en parte de la humalización de
Castillo.
Ni que fuera menso el profesor para no darse cuenta que la
coyuntura requiere de pericia y maniobra. Y que la única manera de mantenerse
en el poder en este país de pasiones y pedacitos fragmentados es tejiendo
acercamientos. Que Cerrón siga en el cerro soñándose el Lenin peruano, lo que se
requiere es pragmatismo y salidas factibles. La humalización de Castillo no
puede verse como una traición. Es sencillamente el peso de la realidad.
Castillo sabe que reteniendo el poder se podrán alcanzar algunos objetivos y
sembrar las condiciones para los cambios grandes.
El paquete de diversas crisis que estamos viviendo no está
para voluntarismos exacerbados, el país requiere de sus gobernantes una
actuación responsable, maniobras eficaces, alianzas fructíferas y sentido del
deber. Si la humalización es inevitable que por lo menos mantenga y defienda un
núcleo de propuestas y políticas esenciales. Especialmente aquellas que la
población menos favorecida y excluida espera de Castillo. Y que son las razones
por las que el presidente del sombrero ahora nos gobierna.
(Foto: MSN Noticias)
(Artículo originalmente publicado en el Diario Viral de Arequipa, 25-8-2021)
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