Retorno a clases y más allá de las homologaciones
1. Concluida la huelga de docentes universitarios: todos a clases. Bueno al menos aproveche el tiempo para cinco cosas positivas: finalizar una investigación sobre imaginarios regionales en el Sur del Perú, renovar y leer material para mí y para mis clases, aprender cómo crear un blog, revisar los artículos para la revista de la maestría y, especialmente, estar más tiempo con mi familia.
2. Tengo la sospecha que la homologación no será efectiva, pero también tengo alojada la esperanza que meritúe a los buenos profesores y se eleve la calidad.
3. Esta huelga me sirvió para llegar a la siguiente conclusión: es ineludible la dación de la ley del sistema nacional de remuneraciones del sector público. Es decir, el sueldo más alto para los trabajadores y funcionarios del Estado debe arrancar con el Presidente de la República y de ahí hacia abajo progresivamente: ministros, diplomáticos, congresistas, gerentes de empresas públicas, magistrados, funcionarios públicos de alto rango, alcaldes, médicos, catedráticos, maestros, enfermeras.... Y así se hace justicia, se ordena el sector público y cuando se disponga un merecido aumento sólo se aplicaría un factor matemático y punto.
4. Pero.... me viene a la mente rápidamente la imagen del tipo de políticos y legisladores que elegimos (fiel reflejo de sus votantes): aventureros que se convierten en modernos corsarios a la búsqueda insaciable del botín: El Estado. ¿Querrán aprobar semejante ley?
5. Queda la esperanza: ¡nada es imposible!
2. Tengo la sospecha que la homologación no será efectiva, pero también tengo alojada la esperanza que meritúe a los buenos profesores y se eleve la calidad.
3. Esta huelga me sirvió para llegar a la siguiente conclusión: es ineludible la dación de la ley del sistema nacional de remuneraciones del sector público. Es decir, el sueldo más alto para los trabajadores y funcionarios del Estado debe arrancar con el Presidente de la República y de ahí hacia abajo progresivamente: ministros, diplomáticos, congresistas, gerentes de empresas públicas, magistrados, funcionarios públicos de alto rango, alcaldes, médicos, catedráticos, maestros, enfermeras.... Y así se hace justicia, se ordena el sector público y cuando se disponga un merecido aumento sólo se aplicaría un factor matemático y punto.
4. Pero.... me viene a la mente rápidamente la imagen del tipo de políticos y legisladores que elegimos (fiel reflejo de sus votantes): aventureros que se convierten en modernos corsarios a la búsqueda insaciable del botín: El Estado. ¿Querrán aprobar semejante ley?
5. Queda la esperanza: ¡nada es imposible!
Comentarios
Saludos,