Obstruccionismo de los extremistas de derecha e izquierda en el Perú

 


La lucha política democrática se enmarca en reglas formales y ocultas. Las primeras se encuentran plasmadas en leyes y reglamentos que disponen requisitos y procedimientos, como la regla de mayoría que consiste en dirimir una controversia a través del voto. Las reglas ocultas son más bien los acuerdos y negociaciones, como las alianzas entre organizaciones políticas.

 Pero también tenemos los políticos que juegan por fuera de las reglas, donde se impone la voluntad personal, los intereses y apetitos, como por ejemplo la intención de “oponerse por oponerse”, es decir, destruir al rival sin contemplación. Nada de acuerdos o negociaciones. Se trata de una actuación enceguecida por el desprecio o el odio que no reconoce posibilidades de acercamiento o diálogo. Bajo ese prisma, los políticos pueden ser de izquierda o derecha, conservadores o liberales, capitalistas o comunistas.

 Nos referimos a posiciones extremas, intolerantes. Es el juego político de los ultras, los extremistas. Y claro, la vigencia de esos políticos y esas organizaciones es la expresión del voto ciudadano. Es decir, son los electores los que deciden que esos personajes abunden en cantidad o tengan una presencia discreta. Los electores eligen extremistas porque quieren soluciones rápidas, con cero debate y más resultados.

 Las elecciones congresales y presidenciales de este año demostraron que la gente quiere inmediatez, soluciones verticales. Prueba de ello, es que tuvimos en la segunda vuelta a los dos extremos de la derecha y de la izquierda. Ahora pues, nos toca asistir al espectáculo de los extremistas que obstruyen el juego democrático y que en su encono apuestan por medidas desestabilizadoras que vulneran las instituciones de la vida democrática.

 El voto de confianza al gabinete presidido por Mirtha Vásquez ha sido una clara demostración de los niveles a los que puede llegar una postura extremista y a la vez obstruccionista. Y eso se ha visto en las férreas posiciones nada dialogantes de los fujimoristas y los cerronistas. Tanto la extrema derecha como la extrema izquierda se han dado la mano y han coincidido. Los une el deseo de destruir al presidente Castillo, el objetivo es lograr que su gestión sea un fracaso y que eventualmente sea vacado.

 Se dirá “así es la política”. Es cierto, las posturas extremistas delimitan el espectro político. El problema es cuando detrás de esas posiciones solo hay cálculo y conveniencia. En la situación de crisis que vive el país debemos exigir a nuestros políticos más responsabilidad y caminar hacia acuerdos que permitan la gobernabilidad que conduzca a la solución de los graves problemas.

 (Columna publicada en el Diario Viral de Arequipa, 10-11-2021)

(Foto: https://www.youtube.com/watch?v=SdhjlIIHJWs)

 

 

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Otra vez atizando la discriminación contra Puno: la Zona Franca

Renegar del origen, cambio de apellido: de Quispe a Quimper

Escándalo en examen de admisión UNSA 2007