Perú: ¿Otra Venezuela?

La propaganda y la manipulación de los grandes medios ha logrado inocular en las mentes de algunas personas la idea que votar por el profesor Pedro Castillo es ir hacia el comunismo y convertirnos en la Venezuela de Chávez y Maduro. Nada más absurdo y traído de los cabellos 

¿Por qué? Se argumenta que el “Ideario” de Vladimir Cerrón, fundador del partido Perú Libre, nos propone una ruta hacia el socialismo chavista. Es cierto en parte. Pues el propio Castillo ya se desmarcó del médico izquierdista y viene reclutando un equipo de gobierno moderado; ha expresado inclusive su respeto a la institucionalidad. Además, es notorio que Castillo y Cerrón no tienen la personalidad avasalladora de Hugo Chávez. 

Recordemos que el respaldo del militar venezolano se sostenía en una democracia casi plebiscitaria donde más de medio país era chavista y tenía control total sobre el Congreso. Y ni que decir de su dominio sobre las fuerzas armadas y policiales del país llanero. Chávez destilaba autoritarismo por los cuatro costados y tenía una personalidad magnética con un verbo desbordante y populista. Esos “experimentos” requieren un alto grado de liderazgo y de respaldo ciudadano. 

Nuestro caso es distinto, estamos en medio de una gran fragmentación política que requiere de alianzas y acuerdos. Nuestros liderazgos políticos son frágiles. No hay un solo líder que goce de influencia nacional y se mueva como pez en el agua en todo el país. Y en el caso particular de la izquierda peruana, se trata de una ideología política bastante despotenciada y golpeada por el estigma del terrorismo senderista y los efectos de la guerra interna. 

La exigencia del ciudadano de a pie no es construir una patria comunista. El pueblo quiere que su gobierno atienda sus necesidades urgentes, siembre un clima de oportunidades para el progreso de las familias y superemos la tara de la corrupción. Solo en la cabeza afiebrada de los propagandistas del modelo neoliberal está instalada la idea que Perú se va a convertir en Venezuela. 

 Las condiciones socioeconómicas, políticas y culturales son diferentes. Estamos pasando por una grave crisis sanitaria que se ha llevado a más de 180 mil peruanos, la pobreza extrema ha escalado a 30% y seguirá creciendo, los peruanos se han quedado sin trabajo, la precariedad material se suma a la inestabilidad emocional de las familias. En ese contexto es delirante pensar que saldremos del agujero polarizando más al país y calcando experiencias fallidas. 

El nuevo presidente debe actuar con pragmatismo, apertura, ánimo integracionista y convocando a los diversos actores de la sociedad para superar esta crisis múltiple. 

 (Publicado originalmente en el Diario Viral, 2-6-2021)

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