Democratización

 América Latina es junto al África una de las zonas con mayor desigualdad social y económica. Es decir, existen marcadas distancias entre las personas de mayores ingresos y la población con menores recursos. Cuando una persona o una familia no pueden acceder a servicios esenciales de calidad en espacios como la salud, educación, vivienda, trabajo, vestido, saneamiento, conectividad o transporte sus posibilidades de desenvolverse como ciudadanos activos se reducen drásticamente.

 En ese penoso contexto, la prioridad es la sobrevivencia y el mundo de la política es ajeno o determinado por la conveniencia y el corto plazo. En otras palabras, su respaldo a los políticos es influido por el beneficio material e inmediato que pueden obtener. Cuántas veces hemos atestiguado respaldos ciudadanos derivados de regalos o  promesas de diversa índole. Son situaciones reales que muestran los vacíos de la democracia. Los candidatos aprovechan de ese modo las necesidades básicas de la población y fatalmente no se coloca en el centro de la discusión política los planes, proyectos o propuestas de desarrollo integral. Al final el voto de ese tipo de elector es un reclamo, una expectativa material o incluso una venganza.

 Por eso, hay algo más importante que la democracia como sistema o régimen político: la democratización o democratizar a la sociedad. Esto es, ofrecer condiciones socioeconómicas, empoderar a la colectividad y potenciar los derechos de los ciudadanos. Solamente con ciudadanos empoderados y con condiciones de vida dignas podemos alcanzar el ideal de la política, vale decir, ciudadanos responsables que buscan el bien común y el bienestar. Si no luchamos por democratizar la sociedad, seguiremos viviendo más de lo mismo en cada elección. Los paupérrimos niveles de vida de la población son el principal enemigo de la democracia que aspira al desarrollo.

 Un ciudadano con acceso a salud y educación de calidad, trabajo y vivienda dignos es altamente probable que elija con acierto a sus autoridades, pues trascendiendo la esfera de lo personal puede atender lo comunitario o colectivo, puede mirar el conjunto de lo social y contribuir a mejorar la vida de los ciudadanos y de su nación. Los amos del poder y la política lo saben muy bien, por eso la exclusión y la pobreza son las mejores estrategias de campaña para continuar la dominación y el mantenimiento del orden actual de las cosas. En cada uno de nosotros está la decisión para cambiar esa injusta forma de vida política y ciudadana.

(Publicado originalmente en el Diario Viral, el 3-2-2021)

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