Película ayacuchana Frágil de Juan Camborda: estética híbrida en formación

Anoche ví Frágil,la opera prima del cineasta ayacuchano Juan Camborda Cruz. Más allá de las impericias técnicas y el reconocimiento al esfuerzo provinciano por hacer cine, me interesa destacar algunas huellas impregnadas en la película.
Se trata de un pequeño mosaico de relatos sutuados en la ciudad de Ayacucho. La urbe se nos presenta como la danza caótica de fusión inconclusa de lo urbano-moderno y lo andino-pobre, constituyéndose en el telón de fondo que abriga historias de sujetos ansiosos y en construcción. No en vano priman los relatos de jóvenes, con la clara ausencia de personajes mayores o padres.
Me quedo con la historia de los dos hermanos que comparten a una astuta y modesta joven, sin que el mayor, un mediocre profesor univesitario, se dé por enterado. El supuesto embarazo de la joven que le permite manipular al profesor es uno de los momentos cumbre de Frágil, tanto como la belleza mestiza y dura de la joven.
Una segunda historia es la de dos universitarios, alumnos del profesor, que atracan transeúntes, uno de ellos es un joven rebelde y antisistémico, el otro un conformista que muere atropellado por un mototaxista que previamente es presentado como un muchacho, también universitario, que se recursea al frente de estos pequeños engendros motorizados. Antes de huir de la ciudad es destacable el guiño cómplice del amigo del atropellado.
Las dos últimas historias son débiles. El policía que descuida en atenciones a su embarazada esposa y el joven enamorado de una elusiva joven pero que al final logran regresar.
Me agrada el uso de la cámara, siempre inquietante y caótica, como la ciudad. Pero me quedo con la puesta en escena: viviendas, fundamentalmente "cuartos" modestos, más que habitaciones; calles abandonadas y sin asfalto; objetos y utensilios que revelan pobreza.
La música es un conjunto de préstamos, incluso llama la atención que el director menciona que son descargas de Internet. Curiosa combinación de globolocalidad.
La moralina impostada y en off sacada de algún libro de autoayuda y que surge de vez en cuando es innecesaria, forzada y de lo más debilitadora. Este supuesto exceso, los simpáticos créditos del final y los descuidados diálogos e interpretaciones nos muestran una estética y una cosmovisión en proceso de construcción, maduración y cristalización, pero hibridada y osada al final de cuentas que seguramente es lo que interesa para quienes apostamos por una creación provinciana fuerte e identitaria que haga frente al centralismo cinematográfico peruano.
Pero hay que pisar tierra, son precisamente esos aspectos flacos donde las historias narradas y el creador de las historias logran ser una unidad y aclararnos que se trata de cine experimental y andino-peruano.
El trailer de Frágil en Youtube
La conferencia de prensa de la avant premier de Frágil en Youtube
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Juan Camborda
Cine Experimental Ayacucho