
Soy profesor universitario desde los 24 años, creo que siempre lo quise ser. Me gusta la reflexión, las explicaciones, la investigación, escribir y leer temas académicos, la pasión por la enseñanza y por la profesión. Tengo una maestría en Comunicación y una segunda especialidad en Educación. Pero me ha sido difícil encontrar interlocutores de lo mismo entre mis colegas, a veces me pregunto ¿estoy condenado al soliloquio? Y es que una de las
zonas sensibles de la docencia en universidades públicas, no sólo es el aspecto remunerativo, es la calidad profesional y académica que se halla ligada al
ingreso a
la docencia. Aspecto que es verdaderamente el núcleo. En algunos casos (y me cuido de no generalizar) el ingreso es vergonzoso. Presión política, chantaje, docencia como retribución a poco santo accionar como dirigente estudiantil, campeante mediocridad y arribismo, círculos cerrados de compadrería nada intelectual y más suavemente entender la docencia como una opción laboral. En fin ser docente universitario a veces resulta, para algunos, la última posibilidad luego de fallidas intentonas de éxito profesional o acaso signo de status ante los coterráneos y nada más.
En fin. En mi caso y en el de algunos honorables catedráticos peruanos (porque los hay) merecemos la homologación; de los otros (que no sé si serán muchos) que respondan sus alumnos, su conciencia y los necesarios mecanismos de justa meritocracia dentro de la educación pública. Al final de cuentas, en un país pobre recibir un sueldo del Estado como profesor no es un premio ni un mero salario por nuestro esfuerzo, es un profundo y renovado compromiso mensual.
ACTUALIZACION: 31-8-2005
¡Qué tal burla! Toledo firmó un DS. que no establece la homologación, y por lo tanto la huelga continúa. Preocupante para los estudiantes, para los profesores y para la sociedad.
Comentarios
Para finalizar, la docencia universitaria, implica una delicada labor, por ende debe ser desarrolla por personas con una formación integral (cognositiva, etica, humanista,) ya que de ellos depende la formación de futuros profesionales. En ese sentido, aplaudo la intención de mejorar las condiciones de vida de los profesionales que han dado todo por sus alumnos, lamentablemente no todos merecen la homologacion, empero, me queda la satisfacción personal de estar seguro que en nuestro querido Perú hay docentes universitarios a los cuales se les pretende dar, lo que que desde un inicio les correspondia.
José Alonso