Alan García y la descentralización señorial
Alan García lo tiene bastante claro. La descentralización es derivar o liberarse de responsabilidades. Detrás de la crítica, en algunos casos justificada, hacia algunos presidentes regionales que caminan en cámara lenta se esconde una inocultable concepción de país y de descentalización. Para él, no interesan los consensos, la visión de futuro o el fortalecimiento de la institucionalidad democrática. García lo tiene claro: él es el caudillo que manda desde Lima. Los presidentes regionales son señores que mandan en sus regiones, y los vasallos semiciudadanos tienen que pedir obras a sus autoridades y punto. García no es un demócrata, respalda la institucionalidad que le conviene y ya. García sólo tiene un norte, aplanar el camino convenientemente para que el capital transnacional impere en el país. Y como es poseedor de una mentalidad caudillesca y señorial propia de un hombre emergente de una familia de clase media burócrata, sabe que debe ser fiel sirviente de los intereses foráneos,...